1.4.08

EXTRAVÍOS

Muchas veces me duele ver, en la naturaleza abierta, esos signos de camino de los clubes de excursionistas –la Asociación de Alpinistas o cualquier otro– las placas de fibra clavadas en los árboles. Cada vez que me sucede, tomo luego unas tenazas y simplemente arranco esos signos de camino. Me da trabajo, los clavos están profundamente hundidos en los árboles y están ya muy oxidados. No sé si a los árboles les hacen algo, pero no son lindos. ¿Para qué necesito, en medio del mundo civilizado, esos artefactos con caminos de excursión? Cada cual tiene que encontrar su camino y, efectivamente, lo encontrará.
[…]
Extraviarse no le hace mal a nadie. Yo me extravié muchas veces, aun con los signos camineros, y llegué a lugares que de ningún modo buscaba.

Peter Handke (en diálogo con Herbert Gamper), Pero yo vivo solamente de los intersticios, Barcelona, Gedisa, 1990.

1 comentario:

flor dijo...

Me encanta lo que dice Handke y eso que odié la película basada en La mujer zurda. Quizás, el libro sea tan bueno como me han dicho. Quizás, ahora que vi Moderato Cantabile, pueda ver a La mujer zurda con otros ojos.

Más allá de eso, lo que dice Handke es hermoso, dejando de lado cualquier cuestión ecologista. A veces uno se pierde aunque tenga los signos delante de sus ojos.