9.6.08

RAPSODIA BOHEMIA

Hace unos días, hablamos del “índice Big Mac” como una irrefutable comprobación de que los economistas están majaretas. Quienes se ocupan del manejo y la fabricación de datos estadísticos pueden rozar el absurdo por momentos. George Bernard Shaw dijo alguna vez: “La estadística es una ciencia que demuestra que, si mi vecino tiene dos coches y yo no tengo ninguno, los dos tenemos uno”.
Esta entrada de El Criador de Gorilas nos hizo recordar la existencia del “bohemian index” (índice de bohemios).
El índice busca captar, en determinadas zonas urbanas, la concentración de artistas –en el sentido amplio del término– o de personas que, si bien tienen un alto nivel de estudios (académicos y no académicos), no están interesadas en ganar muchísimo dinero (pensemos en alguien que ha estudiado Letras o Sociología y tiene una buena biblioteca, pero se contenta con un sueldo de profesor; alguien que ha estudiado Economía, sin tener una gran biblioteca, seguramente gane más y se muestre más dispuesto a conseguir mejores sueldos).
Para medir este índice, se considera la relación entre el nivel de estudios y los ingresos. Si el nivel de estudios es alto en una zona donde los ingresos no son los que supuestamente corresponderían a ese nivel de estudios (digamos: una zona donde hay muchos egresados de la universidad que ganan menos de $ 1.200), se considera que el nivel de “bohemia” o de “bohemios” en la zona es alto.
El profesor Richard Florida afirma que, si se cruza este índice con el “gay index” y el “diversity index” (¡!), se puede ver el grado de creatividad y de tolerancia/diversidad que hay en un espacio determinado, puntos que, para él, empujan la innovación y el desarrollo económico (Florida toma la creatividad como un factor decisivo en la economía actual).
En fin… Está claro que quienes se dedican a las estadísticas están majaretas.

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